En las últimas décadas, el conocimiento que la ciencia nos ofrece sobre la naturaleza humana se ha incrementado notablemente. Una de las áreas de investigación especialmente importantes para entender nuestra naturaleza, es la que se refiere al ámbito de los afectos y a la relación entre procesamiento sensorial y la formación de la consciencia, y a cómo los procesos de homeostasis y la interacción entre cuerpo y cerebro (que a su vez se constituye desde aquel) explican la construcción de nuestro yo. Tal y como dice Antonio Damasio, “sin cuerpo, no hay mente”. Esta es una de las premisas que sustentan la Danza Movimiento Terapia (DMT), especialidad psicoterapéutica que pertenece al grupo de las Terapias Creativas Expresivas. La DMT es un enfoque psicoterapéutico que desde la integración cuerpo-mente, emplea el movimiento creativo, el análisis y observación de los patrones de movimiento, el simbolismo y la metáfora para poder acceder a contenidos inconscientes y ayudar a mejorar la salud de las personas. Es una profesión con más de 100 años de recorrido, reconocida como tal en muchos países del mundo y cuya efectividad en el trabajo con distintas poblaciones se ha probado científicamente con publicaciones en revistas de impacto. En España, a falta del reconocimiento de la profesión, es la Asociación Española de Danza Movimiento Terapia (ADMTE) la que aglutina a los profesionales con el nivel formativo exigido y regula la supervisión clínica y la ética en la profesión (https://danzamovimientoterapia.com/). Aunque tradicionalmente, su ámbito de aplicación ha sido eminentemente clínico, cada vez más se emplea en ámbitos de prevención y promoción de la salud, así como en contextos socio-educativos, donde hemos demostrado científicamente que es un enfoque útil para disminuir el estrés, aumentar el bienestar psicológico y ayudar a la regulación emocional.
Otro de los ámbitos donde considero tiene gran potencial es el de las Personas con Alta Sensibilidad. El rasgo de la Alta Sensibilidad fue descrito por primera vez por Elaine Aron como sensory-processing sensitivity, y en la actualidad se sigue estudiando su origen asociado con características tanto genéticas como del entorno en el que el bebé se desarrolla. Las personas altamente sensibles recogen mucha información de su alrededor, lo que les hace por una parte tener una gran capacidad de interpretación cognitiva y sentir de modo intenso todo el rango de emociones posibles. Son personas que se pueden sentir abrumadas, incómodas o saturadas ante determinados estímulos como ruidos fuertes, luces o texturas. Esto les hace propensas a sentir estrés o incluso ansiedad si no conocen su rasgo y no tienen herramientas para autorregular su propio sistema nervioso. Pero, al mismo tiempo, tienen una gran capacidad empática, pueden generar lazos profundos con otras personas, y disfrutan enormemente del arte y la creatividad. (Puedes conocer más del rasgo a través de la Asociación de Profesionales y Personas de la Alta Sensibilidad [pasespana.org], y realizar un test validado para comprobar si perteneces a este grupo de población).
En el ámbito educativo me he encontrado con muchos estudiantes que permanecían en silencio, un tanto retraídos, que a veces se autoexcluían, o se sentían “raros”, como fuera de lugar. Estoy convencida de que algunos de ellos tenían este rasgo. Porque cuando les dabas la oportunidad de brillar, respetando sus tiempos, escuchando sus necesidades y tratando de adaptar las propuestas de enseñanza a su estilo de aprendizaje, resultaban ser personas con un altísimo potencial, gran capacidad de trabajo y procesamiento cognitivo, y excelentes en los trabajos en equipo y en la generación de ideas creativas.
Si crees que eres una Persona Altamente Sensible (PAS) hay algunos recursos que te pueden ayudar. Por una parte, para conocerte en profundidad y aceptarte. Por otra, para incorporar herramientas que te ayuden a regular tu propio sistema nervioso en el día a día. En esta regulación los enfoques corporales son especialmente útiles. La práctica de ejercicio físico consciente y recibir un masaje relajante son propuestas de interés. La Danza Movimiento Terapia (DMT), desde mi experiencia trabajando con personas PAS, es una excelente posibilidad al aumentar el grado de autoconciencia y autoconocimiento.
Lanzo aquí algunas ideas que justifican la utilización de este enfoque corporal promoviendo espacios para el autocuidado, la escucha y el respeto hacia uno mismo desde el trabajo corporal.
- Incrementar la conciencia corporal ayuda a regular el sistema nervioso, y posibilita canalizar, expresar y modular nuestras emociones.
- Tomar conciencia del propio cuerpo, llevando la atención al mismo, relaja la mente de continuos pensamientos. El sólo hecho de observar la propia respiración, unos minutos, sin cambiarla, permite que se amplíe y profundice, y se relajen tensiones musculares.
- Entender la relación entre zonas de tensión corporal y contenido emocional es fundamental para poder aceptar y procesar las emociones. Las emociones son clave en la toma de decisiones.
- Conocer nuestros patrones de movimiento y ritmos de la mano de un profesional aumenta la autoconsciencia y nos puede ayudar a regular nuestras respuestas.
- El movimiento expresivo y el trabajo con lo simbólico y metafórico que surge en una sesión de movimiento con DMT permite aumentar el autoconocimiento y acceder a contenidos que a veces son difíciles de poner en palabras.
Aquí algunos links con mayor información:
Asociación Española de Psicólogos y Profesionales de Alta Sensibilidad
Asociación Española de Danza Movimiento Terapia
American Dance Therapy Association