Las profesiones en las que se trabaja con personas requieren de un esfuerzo grande en relación a la escucha, la comunicación y la empatía con los demás. Es recurrente el hecho de que muchos profesionales sienten un estrés alto en su día a día, que en ocasiones se puede cronificar generando el síndrome de burnout o estar quemado, cuando no son capaces de manejarlo de un modo adaptativo. En relación a esto pueden surgir problemas físicos y psíquicos, como dolores en el cuerpo, dificultades para dormir, irascibilidad, problemas para tomar decisiones, etc.
El trabajo desde el propio cuerpo ofrece soluciones acompañando a las personas al generar espacios de autocuidado, respeto y escucha en los que cada persona pueda tomar consciencia de sus necesidades e ir encontrando modos para regular su respuesta emocional ante las demandas excesivas del entorno.