Asistí a las sesiones de movimiento para dedicarme un tiempo a mí misma, un momento de introspección y autoconocimiento. Al principio, sentía curiosidad y algo de ansiedad por saber cómo iba a desarrollarse la sesión. Durante el movimiento me sentí libre de expresarme y fue enriquecedor poder moverme y ser más consciente de cada uno de los gestos corporales.
Lo que más me gusta del trabajo de Rosa en la aproximación desde el respeto y la empatía, la calma que transmite. La principal mejora es la reconexión del cuerpo con la mente, la toma de conciencia del ser desde lo físico a lo psíquico, e incluso a lo espiritual, y el privilegio de compartir la enriquecedora visión de las personas que participan contigo en la sesión.
Recomiendo las sesiones de DMT porque creo que es una experiencia enriquecedora en muchos aspectos, porque es un momento donde parar y pensar de un modo diferente al que sueles hacerlo, desde lo corporal a lo emocional, donde meditar, donde eres libre para expresarte y compartir en la medida que quieras hacerlo.

Cuando he asistido a los Encuentros en movimiento, en no pocas ocasiones, al llegar me siento un instrumento musical sin vibración, sin energía o bloqueado. En la sesión, me encuentro con otras maravillosas energías, de personas que me inspiran a afinar mis vibraciones energéticas, cada cual con su partitura. Todo esto dirigido y orquestado por Rosa. Me ayuda a mutar mi sentir de oruga al empezar la sesión, para salir en 20kHZ y sentirme mariposa. Gracias, Rosa.